Ayer estuve dibujando, empecé un dibujo en acuarelas que me consumió por completo y me dí cuenta de que había olvidado lo que eso se sentía. Luego de casi dos meses sin hacer prácticamente nada respecto al arte, fueron como unas merecidas vacaciones, pero que al regresar a casa me repotenciaron las ganas de crear.
De crear y perderle el miedo, otra vez, a mis ideas.
Mientras más tiempo pasas sin dibujar más difícil es tomar un lápiz, de repente te intimida y te sientes estúpida, como que las ideas que tienes están trilladas, que no estás haciendo nada nuevo. Y volvemos a eso, ¿qué tiene de malo? Si lo que me gusta hacer está trillado pues mala leche, la que tiene que disfrutarlo soy yo, y pues poco a poco regreso a mi ritmo.
Estoy contenta, y hay varias cosas nuevas que estoy por hacer, ya verán.
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