18 de enero de 2018

#018: Sobre lo bello que es Ricky Martin.


Acabo de ver el primer episodio de El Asesinato de Versace. Cómo no hacerlo, si lo protagoniza un compatriota mío. Pero esa no es la única razón, también me llama la atención el chisme, así como cuando vi el de OJ Simpson.

Saben que últimamente está de moda una tendencia en Venezuela de que dejen de estar orgullosos de los logros de otros venezolanos sólo porque son venezolanos. Y sí, bueno, concuerdo con eso; creo que es muy triste sentirse orgulloso de los logros, digamos, de Edgar Ramírez por el simple hecho de haber nacido aquí, y con que eso no sea suficiente, hacerlos propios, como si te pertenecieran a ti solamente por compartir nacionalidad. Es triste.

Pero creo que hay una diferencia con sentirte feliz de que alguien como él, que nació aquí, pudo cumplir sus sueños. Que el sitio realmente no hace a la persona, y de que los sueños pueden alcanzarse si se trabaja por ellos. No sé si me da orgullo, pero me hace muy feliz, y me hace también apreciarlo a él como actor, indiferentemente de si es de aquí o no. Y así con muchos otros talentos de Venezuela. Es inspirador, y creo que es la manera más bonita de tomarlo, en lugar de la prepotencia que lleva a otras personas a presumir logros que no son suyos.

Hasta cierto punto está bien sentirse, digamos, orgullosos de algo así, pero no tomarlo como algo que arropa al país completo, porque no lo hace, y tampoco debería. Es tonto. Es patético. Es arrogancia.

Mientras tanto, Ricky Martin no envejece.

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