31 de agosto de 2015

004

Imitando a mi bff con parálisis facial.
01/09/15

A veces la gente no sabe qué decir, o qué hacer, simplemente hay una imperiosa necesidad por escribir. Extraño a mi gato, me hace falta, es mi peluchito tibio, con vida, con aliento, con bostezos. También tengo sueño, un poco, no lo sé. Me siento rara, contenta, satisfecha, pero con esas ganas de estrellar mis dedos contra el teclado, una y otra vez, arrinconando palabras sin sentido en un documento de bloc de notas. Por alguna razón, me hace sentir más suelta.

Me sorprendo cuando entro a las estadísticas de mi blog y descubro que, de hecho, a alguien le interesa leer lo que escribo. Bien sea porque me estima, bien sea por curiosidad, o porque lo que me pueda salir mal le cause satisfacción. Supongo que si encuentras satisfacción en situaciones oscuras, aunque sean ajenas, aunque sean personales, aunque sean mías, pues bienvenido seas.

Me molesta la gente que está contra el aborto, detesto el "feminismo" y odio a las hormigas. Admiro, de alguna manera, a las personas que pueden vivir siendo veganos, porque dudo mucho que yo pueda atreverme a hacerlo en algún momento. Me parece excelente, pero yo soy muy débil.

Si me ves mirando hacia el vacío en medio de una conversación es porque estoy aburrida, eso cien por ciento. Probablemente esté reproduciendo en mi mente alguna de mis películas mentales, esas bien dramáticas, esas que muchas veces traen consigo tragedia. No sé, pero me satisfacen.

Siento que ya soy un adulto, que ya no tengo miedo a admitir el miedo cuando lo tengo. Y ahora, en este momento, no tengo miedo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario