8 de noviembre de 2018

#097: Qué vergüenza.

El año ya va a acabar y yo ni siquiera he logrado 100 posts que deberían haber sido diarios. Pero bueno, continuemos, haré mi mejor esfuerzo por escribir casi a diario, porque let's face it, dudo que lo haga.

En otras noticias el lunes regresé a casa. Confieso que la noche antes de ir a Barquisimeto, hace mes y medio, lloré por un ataque de ansiedad. Me estaba despidiendo de mi cuarto, de mis cosas, de mi intimidad. Siento que ya pasé ese duelo, hizo falta y siento que drené cosas que no sabía que sentiría. Es como que finalmente caí en cuenta de las cosas que tengo que hacer, y ya no me da miedo. Creo que no volveré a llorar por eso, por dejar algunas cosas atrás, porque no las dejo atrás realmente, al menos no de golpe. Es gradual, aunque no puedo asegurar que no llore de nuevo en unos meses.

Sólo hablar de esto me da nostalgia.

¿No les pasa a veces que se sienten abrumados de tantos sentimientos juntos a la vez y piensan en suicidarse? No es como que vaya a hacerlo, mucho menos que sea suicida, sino más bien verlo como una realidad alterna, por así decirlo. Si estuviese muerta no tendría que preocuparme por muchas cosas. En realidad, no tendría que preocuparme por nada. O eso creo, ¿quién puede decirme lo contrario? Aún así he hecho mis paces con la muerte, aunque sinceramente espero no me llegue pronto, pero muchas veces he pensado (desde que hice mis paces) que de morirme aquí y ahora no me arrepentiría de nada, y eso a mi parecer es lo más importante, porque incluso de lo que me pudiera arrepentir sería irreversible para ese momento, y no vale la pena morir en agonía; si van a ser tus últimos minutos, que sean en paz.

Pero no se preocupen por mí, eh, que yo estoy bastante bien, en camino a mejor (en vida, ojo).

♡

No hay comentarios:

Publicar un comentario