Me siento entumecida, optimista y al mismo tiempo pesimista. Las cosas parecen ser diferente ahora, querer tomar un mejor rumbo, pero cuando llevas veinte años ver a los malos ganar sin represalias, es difícil pensar que la libertad terminará de llegar una vez por todas.
Muchas otras veces, muchas otras protestas he tenido mis sentimientos a flor de piel, emocionada, llorando y lamentando las muertes de todos mis hermanos que salieron a la calle buscando defender nuestra libertad. Pero los malos, como siempre, ganaban.
Es como un experimento psicológico; quiero sentirme optimista, quiero sentir algo, pero no puedo, solamente me quedo viendo cómo se desenvuelve todo esto.
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